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Friday, October 31, 2008

Calaveras

Miris
Mireya se preparaba
para asistir a una fiesta,
más la Parca sin paciencia
le señaló, “tú estás muerta”.
Ella le dijo tranquila
“Déjame morir bonita”
y con cara de inocencia
se arregló bien la Reinita.

Teddy
“A esta mujer me la llevo”,
dijo tangible la muerte.
“Por grandota y por segura”
y la dejó toda inerte.
Mas la Parca no contaba
con la astucia de la Teddy
quien ya se le adelantaba
y se sacudió su muerte.

Fran
La muerte quería llevarse
a la Fran desde temprano
más ella le suplicó “Espera,
deja pistiar todo el año”.
Después de muchos conciertos
por fin la muerte llegó,
pero la Fran la esperaba
en el Seven con sabor.

Juany
A la Juany la quería
la Catrina por sonriente,
quiso que ella muriera
sin prejuicios ni pendientes.
Para morir despacito
la Juany jugó futbol
y con un dedito quebrado
se fue directo al panteón.

Ely
Flotando entre dulces aguas
murió la Ely un domingo.
El pobre Navo lloraba
sin consuelo y con remilgos.
Quería ser bailarina
la Ely entre las calacas,
pero de todos los muertos
ella era la más flaca.

Ale
Entre papeles e hijos
pereció la Ale Olay;
todos ya lo imaginaban,
no dejaba de chambear.
Era tanta su obsesión
por los trabajos perfectos
que hasta la muerte le dijo
“Chaparra, ¿tienes defectos?”.


Nacha
Vino la muerte a llevarse
a la Nacha una mañana;
pero nunca imaginó
encontrarla petateada.
De cansancio se murió
por cuidar a sus tres hijos,
y aún en el camposanto

seguía muy agotada.

Nevin
En un avión a Paris
le llegó la muerte un día
a Nevin mientras mandaba
mensajes por cualquier vía.
La Catrina muy celosa
la escondió bajo el Infierno;
no quería a las rivales
que opacaran su belleza.

Sonia
Tomando un rico coctel
dejaba Sonia la vida,
la Pelona la buscaba
por coqueta y atrevida.
La muerte sin avisarle
se la llevo sin reservas
y la cubrió con arena
de la cabeza a las piernas.


Mony
La Mony esperaba un día
a la muerte resignada
porque el galán no quería
matrimonio de volada.
Ella quería morirse
y esperaba a la Pelona;
pero esta le dijo sincera:
Te mataré, pero por mona.


Thursday, October 16, 2008

Las Narradoras

Imprime esta imagen en una hoja de papel sticker, recorta las ocho imágenes y pégalas en lugares públicos. Esto es activismo literario (promotoría civil de la lectura).

Tuesday, October 14, 2008

Regresiones



Alguna vez me gustaría tener el poder para regresar en el tiempo. Estoy casi segura que no soy la única que piensa en algo así y en lo conveniente que sería una posibilidad de esa naturaleza.
Hacemos, decimos, respondemos, criticamos, actuamos de tal manera que al instante de realizarlo, deseamos no haberlo hecho o dicho.
Puede que en mi caso decida una época determinada o un suceso trascendente; una conversación, decisión o una crítica, que de haber tomado la dirección o decisión opuesta, mi vida hubiera sido otra, completamente distinta.
¿Un ejemplo?
Hace casi 10 años terminé con una relación voluble e intermitente de más de 5 años.
Me sentí desolada, abatida y triste, pero casi al mismo tiempo recibí una invitación para trabajar como niñera con una prima en Ginebra.

Me sentí feliz. Mi sueño de viajar por el mundo y de escapar de los sufrimientos del amor, estaba ante mí.
Pero conocí al padre de mi hija y me enamoré perdidamente.
Mi corazón decidió por mí, no la razón y continúo aquí en la misma ciudad y con una relación voluble e intermitente, pero con la hija más hermosa del mundo.
No quiero decir que me arrepiento de lo que he vivido, ni que eliminaría desde entonces lo que ahora tengo, pero, ¿qué sería de mi vida si hubiera dicho “no” al amor en aquel momento?
No lo se, ni lo sabré nunca, pero me gusta imaginarme ajena a lo que está ante mis ojos actualmente.
Se que poseo una hija bella e inteligente, una familia fortalecida, un maravilloso y solidario grupo de amigas, noches ocasionales de pasión volátil, una hermana generosa al otro lado del mundo, con quien he disfrutado los más extraordinarios viajes a Europa.
En todo este tiempo he tenido también la oportunidad de ver a mis sobrinos crecer y adaptarse; mascotas excepcionales que conservo en mi memoria, he visto nuevas arrugas en el rostro de mi madre y blanquear el pelo de mi padre.
He pasado por tropiezos sentimentales y he creado amigos entre mis compañeros de trabajo.
No, no cambiaría ahora que lo tengo; pero entonces si me hubiera ido a Suiza tendría otros amigos, quizá otros hijos y estaría rodeada de otra cultura y otros idiomas, pero de lo que si estoy segura, es que me hubiera convertido en esencia en una mujer muy parecida a la que ahora soy.

Friday, October 03, 2008

En bici...


Siempre he deseado vivir en un lugar donde pudiera trasladarme a donde necesitase en una bicicleta; pero definitivamente Hermosillo no es para ello.
El clima en Verano es un infierno y en Invierno también; las calles están llenas de baches, los conductores de los carros no respetan a los que se movilizan en dos ruedas y los choferes del transporte público parece que llevaran un récord para premiar al que más ciclistas atropelle durante el mes.
Me gustaría sentir el aire (fresco de preferencia) en mi cara mientras me traslado de un lugar a otro y dejar constancia de mi preocupación por el planeta.
He tenido la oportunidad (por no decir suerte, milagro, bendición) de viajar al otro lado del mundo y ahí he podido constatar con estos ojitos pizpiretos el respeto al peatón, a los ciclistas, a los ancianos.
Hay espacios en las vías especialmente hechos para ese tipo de transportes y existen por fuera de teatros, museos, escuelas o parques, áreas para biciestacionarse y poder disfrutar de cualquier sitio sin contribuir a la contaminación y al calentamiento global.

Ese es otro de los puntos por los que me gustaría vivir en un lugar sin tantos carros, sin tanto ruido, sin tantos choques y no es que reniegue de mi país o ciudad, pero las comparaciones simplemente no pueden evitarse.
Este ya no es más aquel Hermosillo transparente, limpio, respetuoso, con olor a naranjas que me tocó disfrutar en mi infancia y adolescencia; ahora vivo angustiada cada vez que me subo al carro y voy pensando que en cualquier momento volveré a ser parte de un incidente.
Por mi mente pasa la clara escena del impacto y sin haberlo vivido aún, me estremezco y me persigno para tratar de evitar por medio de la fe, que de cualquier calle y de manera inesperada salga un pendejo y se pase un alto y mi historia se interrumpa para siempre.
No, ya no quiero esta congoja en mi corazón; la cual se triplica cuando voy con mi hija en el auto. Quiero respirar tranquila aires de cordura; quiero saludar al vecino y recibir sonrisas y no insultos. Quiero simplemente disfrutarme…