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Saturday, May 30, 2009

Por este año, se acabó!

Luego de 57 días en huelga, hoy a las 5 de la tarde se levantaron las banderas rojinegras que paralizaron a la Universidad de Sonora.
Entre los rostros de los trabajadores que emitieron su voto había dejos de tristeza, decepción, alegría... "Yo sí voté pá que se levantara. Ya estoy muy cansado", me dijo uno de mis compañeros. "Aunque cansada yo quería seguir", me dije a mi misma.
Desde el 3 abril pasado, y con una mínima mayoría nos fuimos a huelga. Ahora 761 trabajadores votaron a favor de aceptar los ofrecimientos que hizo la institución; 325 lo hicieron en contra y hubo tan solo tres votos nulos.
Desde que inició el movimiento social universitario al convenio final de este día, no existe gran diferencia: 4.25 % directo al salario, 220 pesos más a la despensa y otros rubros que no abarcan a la mayoría de los agremiados.
Yo dije que sí quería seguir porque mi orgullo decia que no era posible tanto sacrificio por sólo 220 pesos al mes.
Tantos días en las guardias con la angustia del dinero; tantas tardes acaloradas esperando una propuesta más digna; día festivos compartidos con gente ajena y harta de la responsabilidad de un movimiento casi estéril; noches de depresión y despertares sin ganas me orillaban a bajar la guardia.
Más luego, al ver las cosas fríamente, estoy convencida que me hace menos daño la rutina del trabajo, que la incertidumbre futura...
No se si hoy voy a dormir tranquila de nuevo, pero lo que si estoy segura, es que no volveré a conciliar el sueño como antes de la huelga. Me he convertido en mi exclusiva luchadora social y siento que empiezo a brillar de nuevo!!!

Wednesday, May 20, 2009

¡Quiero brillar!

Todo está lleno de polvo. Mi escritorio, mis zapatos, mi alma y mi corazón.
Siento que ya no puedo con tantas cosas en la cabeza.
Los compromisos que adquirí con tanto anhelo al inicio de año, se han venido desvaneciendo hasta dejar en mí una sensación de impotencia y vacío.
Tantos días de inactividad están provocando desgano en todos los aspectos de mi vida y, desgraciadamente, lo estoy reflejando evidentemente alrededor y con los míos.
No tengo dinero y no es que sea una mujer derrochadora, pero nunca preví tanto tiempo sin salario.
Llevamos ya cerca de 50 días de huelga en la Universidad de Sonora y todo indica que va para mucho más largo el proceso de solución. No tengo ya ánimos ni fuerzas para eso.
Debo entregar trabajos académicos a mis docentes de la Maestría y apenas empiezo a leer cuando ya tengo en mí pensamientos como ¿con qué compraré la leche, el pan y los huevos? ¿Cómo pagaré la gasolina y el seguro del carro? ¿Cuándo podré abonar a la cuenta del teléfono y la luz?
Me siento desesperada y no se me ocurre nada más que dejarme llevar por los malos pensamientos.
Quiero tirar todo. Gritar que soy una mujer joven, inteligente, guapa y con muchas ganas de salir adelante y que alguien voltee hacia mí y me saque del letargo en el que me encuentro.
Si antes me sentía atrapada y desperdiciada en un trabajo mediocre, ahora afirmo que sirvo nada más que para lamentaciones.
No he llorado aún, pero creo que lo necesito.
Me levanto porque tengo un solo motivo para hacerlo: mi hija, pero nada más.
No me sabe la comida, no apetezco la cerveza, y ya siento pena al salir con mis amigas sin sonrisas para compartir.
La lucha por un salario digno sigue, es cierto; pero la disputa que estoy llevando dentro mío es más difícil, mucho más intensa que la de ir a hacer guardia con personas que apenas conozco. Con mujeres y hombres con quienes no comparto más que las ganas de permanecer.
Sueno demasiado pesimista y creo que jamás había tenido ese sentimiento por tanto tiempo.
No quiero con esto provocar sentimientos equivocados, no me estoy muriendo de hambre, pero si me estoy secando poco a poco por todos estos días grises… quiero volver a tener color en mi vida, volver a mi rutina de trabajo y escuela y retomar con alegría todo por lo que sonreía hace apenas unos meses… ¡deseo sacudir el polvo que ahora me cubre! ¡Quiero volver brillar!

Sunday, May 17, 2009

Benedetti...

Con todas sus letras, con toda su pasión, con todo lo que aún le quedaba por compartir...
pero ya se fue y sólo resta desearle que DESCANSE EN PAZ.

Saturday, May 09, 2009

Feliz día de las madres!!

Cómo han pasado cosas en mi vida desde que nació mi hija.
Ella vino, desde el primer momento, a modificar mi existencia y la de muchos a su alrededor.

Siempre fui una mujer impulsiva, con mucho carácter y libertad.
Con ella a mi lado supe lo que eran las desveladas sin fiesta y alcohol y la responsabilidad.
Las noches pasaron del desvelo en la reunión a los biberones tibios y el cambio de pañales.
No hay ninguna duda que el instinto materno es parte de la mujer misma.
Antes yo dormía plácidamente cualquier noche del año y podía estar cayendo una tormenta o pasar un tren cerca de mi recamara y ni siquiera me daba cuenta.
“¿A poco llovió anoche?”, preguntaba a mi madre, desconcertada cualquier mañana de Verano, observando a mi alrededor tierra amontonada y plantas anegadas. Desde que mi retoño llegó, uno sólo de sus suspiros hace que en fracciones de segundos yo ya esté a su lado sin pizca de sueño.
Antes de su llegada, veía a otras madres cargar a sus pequeños, la bolsa de mano, el mandado, la pañalera y un cono de nieve haciendo malabares y me daba flojera. Ahora y sin cursos previos, logro acomodar con solo dos manos, una barbie, el patín, la mochila, los broches del cabello, una caja de cereal, una pelota y el kínder sorpresa, sin perder el equilibrio y sin soltarla a ella de la mano.
En la cajuela de mi carro, había antes novelas, una hielera y la extra; con la llegada de la bebé, ese espacio se multiplicó y recibió casi para siempre pañaleras, carreolas, bicicleta, trastecitos, muñecas sin pelo, una almohada y una hamaca por si la pequeña tiene sueño.
Entre mis prioridades estaban los viajes al extranjero por tiempo indefinido.
Las últimas veces que me he ido, no puedo durar muchos días sin abrazarla o verla a los ojos porque me desplomo.
El amor de madre es adictivo. Aún si todos los días recibes un beso o un abrazo, al otro quieres más y más, y lo peligroso de todo esto es que no hay rehabilitación alguna que sane la adicción.
Las prioridades se modificaron y los amigos pasaron a segundo término, aún sin verdaderamente pretenderlo; eso al parir se da por añadidura.
Pero no hay satisfacción más grande para mí y me imagino que para la mayoría de las mujeres que hemos parido, que sentir la tibia piel de una hija en la cara cuando vamos a dormir.
Ella toma mi cara con sus manitas y dice sonriendo “Mami, buenas noches. Te quiero mucho”.
Ahí me doblego… dejo de ser mujer y prefiero convertirme en madre por el resto de mi vida.
¡Feliz día a todas y cada una de las mujeres que son, fueron, serán, están a punto de ser o simplemente no quisieron ser madres!

Tuesday, May 05, 2009

Influenza vs Huelga

La influenza es el tema del día; pero para mí la huelga es la noticia que acompaña mi desayuno desde hace más de un mes.
Estoy en huelga y sigo así. Mi hija me acompaña de vez en cuando y es feliz ahí porque está conmigo.
Parece que vacaciona cuando recorre la huerta de la Escuela de Medicina donde me tocó la guardia y corretea los pichones que se congregan para esperar nuestras migajas.
Viéndome muy extremista, probablemente las aves se conviertan en una de nuestras precarias comidas. Al paso que vamos, ellas están siendo mejor alimentadas que nosotros.
Para Natalia las cosas son sencillas y no tienen un trasfondo: Mamá está trabajando en las guardias, pero "en este trabajo sí la puedo acompañar".
Se molesta conmigo si me voy y la dejo, ya sea con sus abuelos o con su padre para cubrir mi turno. Siente que la abandono y que la mejor parte de su día se escapó.
Ella no sabe que su madre ya no tiene ni para la gasolina, pero que aún queda combustible para seguir luchando. No entiende que la carne es un alimento de lujo ahora, pero disfruta sus frijoles con entusiasmo. Procuramos sustituir sus salidas al cine viendo, mientras existan, una y otra vez "La sirenita", "Peter Pan" y "Madagascar", aunque el cd ya esté rayado; y una vieja alberca, donde apenas cabe ahora, es el océano anhelado.
Todo esto es una sencilla muestra de la mediocridad de las autoridades.
Ellos no sienten el vacío en el corazón al tener que buscar en el supermercado las mejores ofertas y poner "ojo chícharo" cuando las rebajas tienen fecha de caducidad.
Para ellos es más sencillo "montarse en su macho" y esperar al hartazgo y la carencia de ingresos de los trabajadores, que tomar la determinación de incrementar los salarios precarios.
A ellos no les afecta porque con sus ingresos, más de tres empleados sindicalizados llevarían su vida con modesta tranquilidad.
La influenza no se ha presentado aún cerca de nosotros gracias a Dios, pero la influencia de la huelga sí que está haciendo mella en la salud de muchos y en el ánimo de todos.
Esta enfermedad que parece reiterativa año tras año, tiene una cura muy simple y que está únicamente en las medicinas de la cordura y la recapacitación.
Mientras tanto, Natalia seguirá disfrutando sus aventuras en estas vacaciones forzadas por un virus para el que se busca una vacuna y por la estupidez, que para esta ya no hay remedio inmediato ni futuro.