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Tuesday, February 12, 2013

Perlita



Me pidieron que escribiera sobre este onomástico en particular, pero ¿qué se puede decir cuando la festejada es una amiga cercana y muy querida? Palabras muchas, cariño sobra…
Además y lo más trascendente es que no es un cumpleaños cualquiera. 
Son sus 40 –que ahora denominamos los nuevos 30´s-.
Llegar a esta década y sobre todo, llena de energía, salud, belleza; rodeada de amor, hijos, familia y amigas fortalecedoras, no es llegar por llegar; sino un privilegio.
Mientras alrededor se estremece nuestro mundo político, económico, ecológico; y la crisis, los impuestos y l@s malnacid@s son el pan nuestro de cada día, un nuevo año debe celebrarse a lo grande. Echar la casa por la ventana literalmente, porque no hay mejor agasajo que la sobrevivencia diaria.
Cumplir 40 ahora, solo da pie a pensar que se ha alcanzado este ciclo pasando por incontables sueños y realidades; éxitos y fracasos; amores y desamores; risas y lágrimas y hay cicatrices en el alma y en el cuerpo que lo manifiestan.
Llegar a 40 y no aparentarlos es además un triunfo, ya que se sabe que como cualquier mujer vanidosa, se va la vida en ello.
La naturaleza ha puesto su parte, pero agreguemos el gimnasio, las risas, la buena alimentación, las horas grises, las cremas, las lágrimas, los besos y los abrazos para que la apariencia sea el reflejo del espíritu.
Tenemos –ya casi- todas las Galácticas 40 años o un poquito más; pero cuántas otras mujeres darían “media chichi” por reír como nosotras, abrazarse con nostalgia y llorar con el corazón plagado de esperanza durante un atardecer en las hermosas playas de Kino, en San Pedro, en el Cerro de la Campana, en La Verbena, en San Carlos, en el Seven o el Pluma Blanca. 
Cómo quisieran muchos conocer los secretos de tantas y tantas charlas aderezadas con Sabina, Serrat, Calamaro y hasta la Jenni y el Shaka. 
Quizá no cantamos bien –algunas. La Teddy si- pero cada vez que lo hacemos, le inyectamos mucho sentimiento; quizá no todas sean madres, pero ninguna se convierte en menos mujer por ello.
Las que tenemos hijos o hijas, los compartimos de alguna manera con el resto del grupo y así predomina el amor maternal o se dividen las culpas y eso sin duda, le agrega paz a tanto corazón fiestero.
Algo que además nos caracteriza luego de llegar a la cuarta década, es la libertad manifiesta.
Tener 40 –con pareja o sin ella- permite tomar decisiones sin romperse la cabeza, porque el peso de la responsabilidad no recae en nadie más. Se posee además la solvencia para pagar la cuenta en el bar o el restaurante, lo cual da categoría. 
No hay –ni debe haber- quien se atreva a señalar hasta dónde tiene que llegar el largo de la falda o lo profundo del escote; es decisión propia y se asumen las consecuencias por el simple hecho de disponerlo.
Antes de cumplir 40 se cometieron muchos errores y probablemente después también se cometerán, pero no por ello se puede permitir la derrota ni mucho menos la decadencia íntima.
Saberse hermosa antes como ahora y aceptarse como tal, es el camino directo a la felicidad colectiva.
Las Galácticas –las que estamos y Malony, quien se nos adelantó- no somos sólo un “viejerío” alborotado; somos hembras inteligentes, sanas, alegres, contestatarias y luchonas, que ponemos de manifiesto que, antes que las diferencias ideológicas, intelectuales, musicales y hasta culinarias, al celebrarse un cumpleaños, no se pueden permitir envidias ni malos entendidos, solo queda espacio para los abrazos sinceros y los deseos honestos por festejar juntas este año y todos los que nos restan.

¡Salud amigas y felices 40 hermosa Perlita!