
Así nomás y sin dar tiempo a asimilar la noticia, una de mis amigas más entrañables me confirmó lo que ya temía: cáncer de seno.
Un carcinoma menor de dos centímetros en uno de sus pechos. Pequeño, voraz y lastimero carcinoma.
Es una historia que se repite este mismo año con alguien cercano a mi corazón, aunque muchos de los factores y manifestaciones de la enfermedad sean algo opuestos entre las dos.
Ella, quien acaba de darme la información a detalle, siempre ha sido una mujer fuerte, inteligente, hermosa. Con un carácter que impone y doblega hasta al más áspero de los mortales. Sus respuestas certeras, dan en el blanco para bien o para mal sin miramientos y eso ayuda a abrir los ojos ante lo evidente.
Con ella no hay medias tintas; es o no es y "sanseacabó", por eso entonces la respuesta a su mal es la operación.
Médicamente también ya está decidido; lo emocional está tomando su curso.
Gracias a Dios nos está tocando vivir en una época de ciencia avanzada: estudios profundos, tratamientos eficaces, médicos capacitados, medicinas alternativas; pero también entonces podría ser que todo esto se esté volviendo maliciosamente en contra nuestra, ya que no se sabe de dónde carajos viene tanto cáncer y se está infiltrando entre mis amigas.
¡A buscarle por otro lado cáncer, aquí no eres ni serás bienvenido!

Tu fortaleza es tu mejor arma, tu belleza un aliciente y tu corazón el escudo ante lo que se avecina... ¡¡¡Te adoro!!!