He
de decirte que guardes palabras;
yo
quiero colmar el silencio a suspiros;
soltar
los jadeos aquí contenidos
que
castos silencian a la madrugada.
No
hables conmigo, no lo necesito;
deja
que las manos encuentren ansiosas
todos
los espacios que cubren el alma,
respirando
olores de vehementes ganas.
Cerremos
perennes los ojos despacio,
que
nos guíe aliento del alba con frío;
no
enciendas las velas, pretendo palparte
y
sudar latidos de hoy al olvido.
Detén
los discursos tras los besos míos,
No
permitas sueño en la madrugada;
Y
haz que me muera por unos instantes
mordiendo
pausado la piel que ahora hierve.
Calla
esta noche y mantente junto.
Custodia
despierto todos mis gemidos;
Que
mareada estoy al olerte cerca
y
mis ojos cierran ausentes de sueño.
Me
estremezco y vibro tras esas caricias
Y
ante cada una me consumo a instantes;
pero
me desgano sola sin tu cuerpo tibio
en
esta fría cama, vacía de ti…
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