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Monday, September 07, 2009

Una vaga respuesta


Hoy he tenido una constante y extraña sensación. Siento algo en el pecho como si quisiera reventarse o que va hacerlo en cualquier momento. No entiendo qué es exactamente, pero lo que sí se, es que no quiero llorar en el trabajo.
No tengo muchas ganas de escribir tampoco, pero no me queda más opción; sino entonces, lloraré.
Me siento frustrada conmigo misma sin ganas de hablar, con poco apetito y mucha nostalgia acumulada en mi corazón.
Este definitivamente es uno de esos días que no debían existir; esos días que al leer el periódico no descubres un ápice de alegría. Malas noticias una tras otra.
Miles de personas que han perdido todo por las lluvias de un huracán y la incapacidad de un Gobierno. Ausencia de justicia en uno de los peores casos sucedidos en nuestra ciudad, sino que el peor. Desempleo, asaltos, violaciones, secuestros en aumento, son las noticias que plagan las páginas de cualquier medio escrito, televisivo y radial. Incertidumbre de un mañana e incluso del presente mismo.
¿Cuánto más vamos a resistir? ¿Qué le pasa a las personas que no reaccionan ante la evidente crisis que nos afecta día con día? ¿Dónde están las miles de gentes que acompañaban las marchas al inicio del peregrinar de los padres que perdieron a sus hijos en el incendio de la guardería? ¿Por qué la apatía ante ese dolor que ellos sin merecerlo ahora cargan en su alma?
Solo quiero imaginarme y ponerme en los zapatos de los padres y madres de esos pequeños, para darme cuenta que sin soporte, yo no hubiera sobrevivido ante un dolor de esa magnitud.
¡Qué duro, qué difícil saberse poco a poco abandonado y darse cuenta que las manos que a un inicio sostenían, siguen ahí, pero diciendo adiós, un doloroso adiós!
Ahora entiendo lo que me pasa y el porqué de mi angustia: me siento muy sola este día, quizá nunca como esos padres y madres que no entienden por qué a ellos, porqué a sus hijos e hijas… y su soledad aumenta en las noches cuando ya no tienen a su angelito para darle un beso de buenas noches y velar su sueño sin sentir dolor.
¡Qué rabia, qué angustia caminar en las marchas y ver que no aumentan como antes las filas de gente!
Eso es lo que me pasa… creo; pero cuando menos yo encontré una vaga respuesta!

2 comments:

Hey Jude said...

Sol ¿por qué crees que haya disminuido el nùmero de asistentes?, ¿crees que el dolor de los padres cambiará dependiendo de los que marchan?, ¿crees que el gobierno que se va y el que viene, se va tomar la molestia de poner los puntos sobre las ies?
Ojalá que las cosas se resolvieran, que se encontraran culpables y que no se fabriquen pruebas ni pretextos. Yo deseo de de todo corazón que no se siga manipulando a la gente, ni llenándoles la cabeza y el corazón de odio; que la gente se forme una opinión propia y que no se mueva sólo por lo que dicen algunos.
Desearía que algunos no lucren con la tragedia.
Deseo que no te sientas sola, que disfrutes a tu hija, que está viva, que te sientas alegre; que te tomes un descanso.
Desearía que con cada paso, con cada vela, con cada consigna, esos niños vivieran (¿tu crees que descansan en paz?) pero creo que nada de eso es posible.

Sol Gabriela said...

Feli querida, se que el dolor de esos padres no irá a estar o desaparecer con mucha o poca gente durante las manifestaciones; pero ellos aparte de su sufrimiento, tienen que cargar con la impotencia, el coraje e incluso la apatía de muchas personas, que como dices, no se forman una opinión personal, sino que se dejan llevar por lo que oyen o ven en los medios o de habladas que es casi lo mismo. ...Y es que a veces me siento sola, así es esto; pero entonces imaginate a los padres y madres de esta historia de terror casi casi escrita por el mismo Felini. ¡¡¡Gracias por tus hermosos deseos!!!