Munich I

!Qué vida es ésta que me está pagando con la belleza del mundo y sin esperarlo!

Sí, fui a Munich por seis dias. Nevin trabaja ahí dos semanas en el mes y esta vez yo la acompañé. Desde el primer momento, esta ciudad alemana abre su belleza ante mis ojos ansiosos por conocerla.

El Hotel Arabella Starwood Sheraton nos recibe con una suave cama llena de almohadas blancas, pero esa noche el sueño tarda, quizá por la excitación de lo que viene en los próximos días.

El recorrido por Munich inicia en sus calles bien organizadas, rodeadas de árboles; el respeto al ciclista y la tranquilidad del Rio Isar, que presume ante mí su caudal interminable.

Seguimos entre charla y charla hacia los Aenglish er Garten (Jardines Ingleses), una gran extensión de bosques, canales y aire tan puro, que es inevitable aspirarlo por largo tiempo.

Muchas personas caminan acompañados de sus familias y sus mascotas y disfrutan la tranquilidad del lugar; pero en medio de esta belleza, algo llama nuestra atención y son un grupo de hombres y mujeres que dejan que el Sol acaricie completamente sus arios cuerpos. Sí, estamos ante un inesperado campo nudista y la sorpresa nos causa risa, la cual mantenemos hasta el Centro de la ciudad, donde sin saberlo festejamos el 850 aniversario de Munchen y nos confundimos entre los miles de visitantes para beber mucha cerveza, comer delicioso y bailar y bailar bajo la lluvia. En la madrugada, luego de felicidad, abrazos y besos, vamos en busca de un taxi para regresar al hotel. A lo lejos mis oídos alcanzan a escuchar a unos jóvenes españoles que desentonados cantan "El rock and roll de los idiotas" de Sabina. Qué coincidencia, qué casualidad, qué vida ésta... !Feliz cumple Munich!